Ser padre




Esta temporada de mi vida es de las que más estoy disfrutando, aunque no es una temporada porque “ser padre es para siempre”. La relación que lleve con mi padre (hoy finado) fue muy dura y exigente, no quiero hablar mal de él porque somos llamados a honrar a nuestros padres sin importar lo bueno, malo, ausente, entregado que sea o haya sido, es un tema difícil de tratar porque muchos crecieron sin papá; otros con papá, pero ausente y otros con un papá sustituto. La biblia nos dice que honremos a nuestros padres (Éxodo 20:12), en México se celebra el día del padre el tercer domingo de junio, esto no quiere decir que por celebrar sea honrar.

La honra va mucho más allá que un festejo anual, la honra se consigue siendo perseverante todos los días en la forma de dar respeto, cuidado, amor y muchas otras expresiones que se reflejan como honra. Considero que la obediencia es una de las muestras más grandes que podemos dar como hijos. Un día se invertirán los papeles y como dicen los militares “para mandar hay que saber obedecer”.

Te motivo a ti padre que me estás leyendo a que no seas un padre ausente, esta responsabilidad dada por Dios la cumplas con tu mayor honorabilidad, tenemos que salir en el cuadro de honor de los padres, graduados como los mejores, porque sabemos obedecer a nuestro padre celestial y podemos mandar con principios correctos a nuestros hijos.

Te motivo a ti hijo (a) que me estás leyendo a que obedezcas a tus padres, fui hijo y desobedecí a mi padre, pero también lo obedecí y la obediencia te libra de muchos dolores de cabeza, te libra de muchas tempestades y no te quita el sueño por las preocupaciones, hónralo sin importar donde este, sin importar su forma de ser y sin ninguna condición, solo hónralo.

Tenemos un padre celestial “porque el espíritu que Dios les ha dado no los esclaviza ni les hace tener miedo. Por el contrario, el Espíritu nos convierte en hijos de Dios y nos permite llamar a Dios: ¡Papá!” (Romanos 8:15 TLA) y como dice Hodding Carter: "Solo dos legados duraderos podemos dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas.”, y son dos cosas que mi padre terrenal me dejo, la exigencia me enseño que debo plantar muy bien mis raíces y la dureza me enseño que hay que volar en medio de las tempestades, no siempre habrá buen clima.

Por ultimo: “Amemos a nuestro padre celestial con todo nuestro corazón, con todo nuestro ser y con toda nuestra mente”. (Mateo 22:37 PDT)

Reflexión:

¿Qué tanto honrar a tu padre?

Aplicación:

Honra a tu padre sin ninguna condición, el día que se inviertan los papeles y te toque ser padre sé el mejor.


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