La generación del cambio.




He escuchado desde que iba a la secundaria que somos la generación del cambio en un contexto escolar se refiere que la mayoría terminaría la licenciatura y seriamos grandes ciudadanos; pero el tema que me gustaría compartir es cómo esta idea se ha infiltrado en la iglesia. En lo personal no estoy en contra del cambio porque somos llamados por Cristo para ser transformados, en otras palabras, somos cambiados.

Viene una ola de nuevos predicadores, conferencistas, evangelistas, apóstoles, profetas y maestros, aunque siempre debemos escanearlos por la palabra de Dios, nunca nos creamos todo sin antes analizar y comparar con la profecía más segura (1 P. 1:19) que es la Biblia. En esto radica la importancia de meditar de día y de noche.

El problema de ser la generación del cambio es que hay una línea muy delgada entre cambiar formas y fondos, en la primera podemos cambiar como se hacen las cosas, pero si nos descuidamos e intentamos cambiar el fondo estaría en juego la doctrina y el evangelio. Como dice Chris Du Pont: “Muchos se levantan y gritan somos la generación del cambio, y no lo dudo. Han cambiado la palabra de Dios por las emociones, la doctrina bíblica por las estrategias.” No estoy en contra de las emociones porque las expresamos en todo momento, es parte de nuestra vida; pero si creemos que las emociones cambiaran el corazón, yo no lo creo, porque eso solo lo puede hacer el sacrificio de Jesús en la cruz.

Pablo en el nuevo testamento advierte de la llegada de falsos predicadores “si alguien viene y les dice que el mensaje de la buena noticia es diferente del que nosotros les hemos anunciado, yo le pido a Dios que lo castigue, no importa que sea un ángel del cielo o alguno de nosotros.” (Gálatas 1:8 TLA) También nos advierte del evangelio “y es que ustedes aceptan con gusto a todo el que viene y les habla de un Jesús distinto del que nosotros les hemos anunciado. Aceptan un espíritu diferente del Espíritu Santo que recibieron, y un mensaje distinto del que aceptaron.” (2 Corintios 11:4 TLA), ninguna actividad por más emocionante que sea moldeara nuestro corazón, el único que lo puede hacer es Jesucristo.

Reflexión:

¿Estamos escaneando el evangelio predicado?

Aplicación:

Analicemos con cuidado las escrituras para no ser engañados.


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