Instrumento de paz
En este devocional seguiremos
viendo consejos que nos han servido para vivir conforme al corazón de Dios,
cabe mencionar que cada matrimonio debe de adaptarlos a sus necesidades y
tiempo. La biblia dice que somos uno (Génesis 2:23-24) que se fusiona como uno
mismo, sin embargo, también se incluye a Dios en la relación. El matrimonio es
como el evangelio, la consolidación entre la relación de Cristo y la iglesia.
(Apocalipsis 19:7-9) para ser uno debemos siempre estar de acuerdo en todo
aquello que emprendemos, el matrimonio en una aventura en medio del mar con
aciertos y desaciertos que tienen que respetarse los acuerdos y analizarse los
posibles escenarios de las decisiones que se toman.
El título hace referencia a la
oración de Giovanni di Pietro di Bernardone donde dice que somos un instrumento
de paz, aunque él lo habla de manera individual, me gustaría utilizarlo para
mostrar como un matrimonio debe ser un instrumento de paz.
La oración dice lo siguiente:
Que allá donde hay odio, yo
ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo
ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia,
yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo
ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo
ponga la Fe.
Que allá donde hay
desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas,
yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza,
yo ponga la alegría.
Efectivamente un matrimonio
debe poner amor, perdón, unión, verdad, fe, esperanza, luz y alegría, al mismo
tiempo quitar el odio, la ofensa, la discordia, el error, la duda, la desesperación, las tinieblas y la tristeza. Aplicar
estos principios nos harán ser luz en medio de las tinieblas, pero Giovanni
termina diciendo: “yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar, ser
comprendido, cuanto comprender, ser amado, cuanto amar. Porque es dándose como
se recibe, es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo, es
perdonando, como se es perdonado, es muriendo como se resucita a la vida
eterna”.
Cada conyugue del matrimonio
debe de morir para poder resucitar, Jesucristo que es Dios ya lo hizo en la cruz,
murió a su voluntad y a su yo; si queremos tener un matrimonio que sea un faro
en la oscuridad debemos de morir a nosotros. Morir a nosotros es resucitar en
un matrimonio que puede alumbrar el camino de otros. Como lo expresa el profeta
Amos: “¿Pueden dos caminar juntos sin antes ponerse de acuerdo?” (Amós 3:3
NVI), en un matrimonio el hombre y la mujer deben ponerse de acuerdo, no en sus
opiniones sino en sintonía con Dios para esto la necesidad de meditar y orar la
biblia.
Conclusión:
1. El matrimonio es de tres
(Dios, esposa y esposo).
2. El matrimonio es el reflejo
del evangelio (la relación entre Cristo y la iglesia).
3. Tenemos que tomar la
decisión de agregar los ingredientes correctos a la formula (amor, perdón,
unión, verdad, fe, esperanza, luz y alegría).
4. Para ser instrumentos de
paz, tenemos que vivir en un campo de paz y no en un campo de batalla.
5. Nuestra sintonía no es de
dos sino de uno (Dios).
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