Dios nos capacita para cumplir nuestro llamado
Salomón empezó bien su reinado
con un primer problema a resolver: Una mujer que acusaba a otra de haberle
quitado a su hijo porque la acusada lo había matado accidentalmente cuando dormía
y se lo había cambiado al amanecer; entonces estuvieron discutiendo y el rey pidió
a sus ayudantes que trajeran una espada para dividir al niño vivo en 2 y a cada
quien darle su mitad para terminar con la discusión. Hasta el momento parece
algo ilógico; sin embargo, solo era una estrategia para que la verdadera madre
no quisiera dividir a su hijo y entregárselo a la madre falsa. Efectivamente
paso así, la madre falsa quería dividirlo sin importarle el dolor y la madre
verdadera no quería, por lo tanto, Salomón le entrego el niño completo a la
madre verdadera. (1 R. 3:16-27), En la actualidad hay muchos métodos científicos
para comprobar el parentesco por medio del ADN. ¿Qué hubieras hecho?
El pueblo se dio cuenta de la manera
en la que Salomón resolvía los problemas y del sano juicio, así como el respaldo
de Dios en cada decisión. “Y todo Israel oyó aquel juicio que había dado el
rey; y temieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para
juzgar” (1 Reyes 3:28 RV1960). Salomón se ganó la confianza porque el respeto
ya lo tenía por la autoridad que representaba. ¿Qué liderazgo estas llevando? ¿Te
estas ganando la confianza? ¿Qué decisiones estas tomando?
Tomar el liderazgo no es fácil; sin
embargo, lo primero que debemos hacer es orar a Dios para que nos de sabiduría.
No puedo decir que las cosas siempre salen mal cuando tomamos nuestras propias
decisiones, pero la diferencia entre consultar a Dios y no hacerlo es la garantía
que saldrán bien.
Cuando el liderazgo es parte del
llamado que ha hecho Dios tendremos las capacidades para cumplirlo con
eficiencia y eficacia, como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la
piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de
aquel que nos llamó por su gloria y excelencia” (2 Pedro 1:3 TLA). Dios
capacita a los que llama.
El liderazgo verdadero toma en
cuenta tres cosas: la primera no se cree mejor que nadie (Ro. 3:3), la segunda no
divide y trabaja en equipo (Ro. 3:4-5) y la tercera no envidia las capacidades
que Dios ha depositado (Ro. 3:6), la forma de llevar el liderazgo es totalmente
diferente a como lo hacen aquellos que no siguen a Dios.
La vida de Salomón nos enseña que
el liderazgo se ejerce siempre buscando a Dios y pidiendo su ayuda en sabiduría,
aunque hasta el momento va bien su liderazgo, no todo lo que inicia bien
terminara bien, necesitamos la ayuda constante del Espíritu Santo para seguir
los pasos de Jesús, nuestro mayor ejemplo.
Reflexión:
¿Las decisiones que estas tomando
son conforme a la voluntad de Dios?
Aplicación:
Necesito ser responsable en la búsqueda
de Dios para utilizar la sabiduría conforme a su voluntad.
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