Abogado tenemos 2
Aquellos que decimos conocer a
Dios debemos tener en cuenta esto “sabemos que conocemos a Dios porque
obedecemos sus mandamientos. En cambio, el que obedece lo que Dios ordena, de
veras sabe amar como Dios ama, y puede estar seguro de que es amigo de Dios. Si
alguien dice: Yo soy amigo de Dios, y no lo obedece, es un mentiroso y no dice
la verdad.” (1 Juan 2:3-5 TLA), conocer a Dios radica en la obediencia de la
biblia y no solo de los milagros que ocurren a través de él.
El devocional anterior
hablamos de que tenemos a Jesús como abogado delante de Dios. Ser juez es uno
de sus atributos, pero también misericordioso y lo mejor es que se renuevan
cada día. La justicia ha sido satisfecha en la cruz, efectivamente los clavos
no sostuvieron a Jesús sino su amor por nosotros.
Reconocer que hemos pecado nos
afirma como hijos de Dios, tropezaremos muchas veces, lucharemos contra el
pecado y cada vez que caemos tenemos abogado, que intercede por nosotros para
librarnos de la muerte que el pecado trae.
No hay ninguna condenación cuando
tenemos a Jesús de nuestro lado y estamos dispuestos a arrepentirnos y cambiar
de rumbo “ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque
la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado
y de la muerte.” (Romanos 8:1-2 RV1960), siéntete gozoso de tener un Dios que
permite el arrepentimiento para poder acercarnos a él, no necesitamos más intermediarios
que Jesucristo, ya que es nuestro abogado.
No hay nada que nos pueda
separar de su grandioso amor, ni la muerte pudo. El pecado nos separa porque no
queremos vivir como él manda. Tenemos a un Dios santo, santo, santo, no un charlatán
que no tiene poder para llevarnos del valle de huesos secos a un pasto verde
para alimentarnos.
Reflexión:
¿Qué pecados te separan de
Dios?
¿Qué cosa esta ocupando el
lugar de Dios?
Aplicación:
Es momento de arrepentirnos de
los pecados que son evidentes, así como aquellos que no sabemos que tenemos, es
momento de cambiar de rumbo y ser hijos que regresan a los brazos del padre,
porque no hay condenación sino un Dios de misericordia que nos da su perdón cuando
nos arrepentimos y si fallamos tenemos abogado que nos defiende.
Comentarios
Publicar un comentario