Las ultimas estrellas



Cuando era pequeño el cielo me sorprendía con las radiantes de estrellas, un número incontable; pero conforme pasaban los años cada vez se veían menos hasta que por temporadas no podía verlas más. Siempre ha sido algo que me ha sorprendido, en los meses de enero cuando se pueden ver los reyes magos (leyenda que cuentan los padres), había una ilusión de que algo existía. En la actualidad es difícil ver las estrellas por la contaminación que generamos y las grandes ciudades.

Esta historia nos puede ilustrar lo que quiero compartirte en este devocional, la ciudad se contamina y no nos permite ver las estrellas; pero ellas siguen ahí, han estado todo el tiempo, día y noche. Te pregunto ¿Qué cosas están contaminando tu ambiente personal?, ¿Qué cosas no permiten ver esa imagen de un cielo lleno de estrellas?, por ejemplo: no amar, no estar alegres, no tener paz por las preocupaciones, no tener paciencia en las tormentas, no ser amable y bondadoso hacia los demás, ser infiel en la amistad, ser orgulloso o no tener dominio propio ante las circunstancias.

Las estrellas analógicamente pueden ser como Dios, siempre ha estado ahí, día y noche solo que la contaminación del ambiente ha nublado nuestros ojos y no permite que seamos asombrados con su grandeza.  Hay una promesa que antes de todas debería de ser la primera que se cumpla en nuestra vida “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” (Josué 1:9 versión Reina Valera), se necesita esfuerzo y valentía para poder quitar la contaminación de nuestros ojos, tal vez decisiones radicales que tendrás que poner en marcha ¡inmediatamente! No queda de otra necesitamos valentía para aceptar que nuestra vista esta nublada y una gran contaminación nos rodea. 

Cuando Dios nos acompaña veremos el fruto, primero quitara la neblina de nuestros ojos y segundo es garantía de tener “al Espíritu de Dios que nos hace amar a los demás, estar siempre alegres y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y amables, y tratar bien a los demás, tener confianza en Dios, ser humildes, y saber controlar nuestros malos deseos. No hay ley que esté en contra de todo esto.” (gálatas 5:22-25 versión traducción en lenguaje actual). Lo maravilloso es que todos podemos reconocer nuestros pecados (quitar esa contaminación) y poder ver la grandeza de un Dios que te acompaña dondequiera que vayas.

Reflexión:
¿Qué contaminantes tienes que quitar?
¿Qué paso vas a dar ahora que ya sabes los contaminantes que te han alejado de grandeza de Dios?

Aplicación:
En cualquier lugar busca a Dios, pídele perdón por todo lo malo que haces, ora y dile que quieres quitar la contaminación de tus ojos, lee la biblia para aprender de él y adóralo con todo tu corazón y no tardaras en ver el fruto del Espíritu Santo en tu vida.

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