Cómo reaccionar ante las tormentas de la vida.
En los problemas o pruebas hay que clamar a Dios, muchas veces nos damos de topes en la pared, pero el último recurso que utilizamos es la oración cuando debería de ser lo primero, tal vez por eso tropezamos y tropezamos, perdemos las fuerzas y nos tambaleamos como ebrios, pero cuando clamamos las cosas mejoran y cambia el problema con menor intensidad, no es magia porque Dios es nuestro padre, no un mago y aunque es todopoderoso eso lo hace ver lo desagradecidos que podemos ser al cambia la tormenta por una brisa.
Nuestro clamor es escuchado cuando somos humildes y pedimos ayuda, el orgullo nos hace dejar la oración al último y perder el blanco que es Dios.
Nuestro primer recurso debe ser la oración aunque parezca el menos necesario siempre es el más importante.
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