Encontré mi media naranja.
Hace algunos años aún vivía con mi mamá en la casa de mi abuelita, cuando llegamos ahí dormía en la habitación con dos perros Lucas y Luneta, ¡obvio ellos en su propia cama!, algo curioso pasaba cuando tronaban cuetes en temporadas festivas, los perros se escondían debajo de la cama creyendo que era el lugar más seguro, pero el ruido rebotaba, muchas veces nos pasa así, creemos refugiarnos en el lugar más seguro como: las drogas, tener novios (as), aparentar, los videojuegos, las fiestas locas, el alcohol, la pornografía, las redes sociales, etc. Pero se nos olvida el refugio más seguro, los brazos de Dios. ¿Qué lugar falso de refugio dejaras hoy para colocarte bajo el dominio liberador de Dios? Todas las cosas que hagamos como jóvenes tendremos que rendir cuentas a Dios, es muy importante que dejemos de preocuparnos y nos ocupemos por las cosas que realmente edifican, muchos buscan novio o novia, pero que no te vaya a pasar como dice el viejo refrán: busco nov