Una relación ficticia.


Imagina por un momento una relación en la que una de las partes muere y deja un diario con todos sus gustos, anhelos, pasiones, intenciones, consejos, secretos para acceder a un sinfín de promesas que ahí están y que se harán realidad si las lees y las prácticas.


¿Cómo podríamos tener una relación con alguien que está muerto?

Para seguir conociendo a fondo a esa persona la única forma seria leyendo todo el diario que dejo, no podríamos hacer otra cosa que no fuera leerlo. Nuestra relación con Jesucristo es diferente pues él está vivo y dejo un diario (biblia) para conocerlo y para seguir la voluntad de Dios, como lo dice Juan 1:14 “La Palabra (biblia) se hizo hombre y vivió entre nosotros, lleno de generoso amor y verdad. Vimos su esplendor, ese esplendor que pertenece al Hijo único del Padre.” Cuándo Jesucristo muere y asciende al cielo se vuelve a hacer palabra y al leerla lo seguimos conociendo a diferencia de que él está vivo.  


Leer la biblia en voz alta es escuchar el consejo de Dios y orar es la expresión de nuestro ser hacia él, esa es la perfecta cita o relación entre Dios y nosotros.


Existen 5 cosas más que forman una buena relación con Jesucristo.
  

1. Confesar nuestros pecados. 

Sabemos que la relación entre Jesucristo y nosotros se puede tensar por medio de una barrera del pecado, el arrepentimiento y la confesión de pecados es como un puño que derriba esa barrera.  En 1 Juan 1:9 se expresa así: “si confesamos nuestros pecados, Dios nos perdonará. Él es fiel y justo para limpiarnos de toda maldad”, en cualquier relación siempre debe de existir la confianza. 


2. Practicar incansablemente el bien a todos. 

Hacer el bien a todos sin importar su condición, es muy importante porque nosotros somos el reflejo de Jesús para nuestro alrededor, nosotros somos árboles que dan sombra a los que la necesitan, somos la lámpara en medio de la oscuridad y somos la sal para dar sabor a la vida. Esto es un reflejo de la relación personal, viva y eficaz que tenemos con Jesucristo; “Haz todo el bien que puedas por todos los medios que puedas, de todas las maneras que puedas en todos los lugares que puedas, en cualquier tiempo que puedas, a toda la gente que puedas, y tanto como tú puedas” John Wesley, en la biblia también lo dice en 1 Juan 4:7-8 “El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor. Estimados hermanos, amémonos unos a otros porque el amor viene de Dios”, nosotros con Jesús somos uno y al le gusta que hagamos el bien, que mostremos ese amor que estamos recibiendo.  


3. Dar un giro de 180 grados.


El arrepentimiento parece algo del siglo pasado, pero sigue más vivo que nunca, Jesús mismo lo dice en Mateo 9:13 “Así que vayan y averigüen lo que significan estas palabras: “Yo no quiero sacrificios, sino que ustedes tengan compasión. Pues yo no he venido a invitar a los buenos a que me sigan, sino a los pecadores”. Si ha invitado a pecadores necesitan arrepentirse para tener una relación vivía, personal y eficaz no ficticia.

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