Soy feliz sin ti
En esta ocasión quiero iniciar con esta frase “el amor sano
se basa en la libertad, no en la necesidad; el amor sano no controla, ni exige.
Por eso, aunque suene duro soy feliz contigo, pero también sin ti”. Para mí es
una frase extraordinaria donde ubica nuestras prioridades en cuanto a amar.
Debemos de amar a nuestro cónyuge como si nos amaramos a
nosotros mismos, sin embargo, no deberías de amarlo (a) más que a Dios, Él es
nuestra prioridad si hablamos de importancia, como Jesús dijo: “Ama al Señor tu
Dios con toda tu pasión, oración e inteligencia”. Este es el más importante, el
primero en cualquier lista. Pero hay un segundo para poner empeño: Ama a los
demás tanto como a ti mismo”, Jesús señalo la prioridad e importancia de
nuestro amor hacia los que nos rodean, Dios es nuestra prioridad y enseguida es
nuestro conyugue.
¿Quién es la segunda prioridad? tu conyugue o tus
hijos
En Génesis 2:24 nos enseña que la segunda prioridad es el
conyugue “un hombre deja a su padre y a su madre y abraza a su esposa. Se
convierten en una sola carne”, siempre ha sido el diseño original para la
familia. Después vinieron los hijos fruto de ese amor infinito que sentían el
uno por el otro como dice en la segunda parte del versículo “los dos, el hombre
y su esposa, estaban desnudos, pero no sentían vergüenza”.
El orden correcto: Dios > conyugue > Hijos
Por eso como dice el pastor Juan Vas “El primer
ministerio de todo hombre ser esposo, la primera congregación de todo hombre su
hogar y la primera oveja de todo hombre su esposa”.
Dos versículos más para afirmar lo anterior:
En Efesios 5:25-28 “Esposos, hagan todo lo posible por
amar a sus esposas, exactamente como lo hizo Cristo por la iglesia: un amor
marcado por dar, no por recibir. El amor de Cristo hace que toda la iglesia sea
completa. Sus palabras evocan su belleza. Todo lo que hace y dice está diseñado
para sacar lo mejor de ella, vistiéndola con deslumbrante seda blanca, radiante
de santidad. Y así es como los esposos deben amar a sus esposas. Realmente se
están haciendo un favor, ya que ya son "uno" en el matrimonio”. Ama
con cada palabra y que esa palabra se convierta en acción, primero porque las
palabras se las lleva el viento y segundo a cada acción hay una reacción.
En proverbios 31:10-12 “Su esposo confía en ella sin
reservas, y nunca tiene motivos para arrepentirse. Nunca rencorosa, ella lo trata
generosamente toda su vida”, un hombre en la primera persona que confía es en
su esposa, si pasa lo contrario algo anda mal, pero ese es otro tema, por el
momento nos centramos en lo que debería ser, no olvides mujer ser el diamante
que tu esposo necesita.
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